
Después de Horatio, claro. Reconozco que no me hacía falta, salvo para jugar a juegos actuales, y para estar en Internet más cómodo. Pero tenía ganas de un portátil. En realidad tenía ganas de darme un gustazo, un capricho, después de tanta hipoteca, y tanta mierda durante este año. Es todo un placer tumbarse en el sofá para jugar, entrar en el blog, mirar cosas en Internet, oír música... no sabría vivir sin un ordenador, suena tan mal decir esto, pero es verdad. Y hoy por hoy, no sabría vivir sin Internet. Al menos tener un poco de "comunicación" con el mundo exterior, al margen del trabajo y la vida (más o menos) rutinaria.
Es un Toshiba Qosmio F30, y si alguien llega a esta información como llegué yo, buscando datos del portátil, sobre si merecía o no la pena, si. Lo merece. Es muy bueno, muy potente, y en general sin problemas. Rinde muy bien con juegos nuevos, con películas y videos, con toda clase de programas. La única pega la unidad de DVD que es un poco ruidosa y aparatosa. Pero no lo dudes, es caro, pero muy bueno.
Por cierto, se llama Keith y espero que estemos juntos muchos años... (que cursi suena esto coño).