16 agosto 2006

Robin y Marian


- Hice bien en amarte hace tantos años.
- Es curioso, sé que yo te amaba, pero no recuerdo lo que sentía, ni quién era. Lo que más me costó cuando te fuiste fue encontrar la paz. Supongo que entré en el convento a impulsos de la ira. Ahora está todo borroso, pero creo que pensé que más que a cualquier hombre te molestaría que mi esposo fuera Cristo. No era un buen principio. Durante meses, cuando me iba a dormir pensaba en ti. Mis confesiones eran la envidia del convento. Rezaba constantemente y hacía penitencias... pero sólo me ayudó el tiempo. He encontrado la paz. Así que, ya no perturbas mis sueños Robin.