19 septiembre 2006
El señor de la guerra
Hasta la fecha no se había tratado el tema del tráfico mundial de armas desde la perspectiva del traficante. El señor de la guerra es una buena propuesta para conocer este mundillo, o de lo que se supone que es. Mezcla historias y sucesos reales ocurridos a traficantes reconocidos, y lo oculta todo bajo un personaje ficticio, Yuri Orlov, interpretado por Nicolas Cage. Por tanto, al conocer que todo lo que vemos ha ocurrido, en mayor o menor medida, nos resulta todavía más soprendente.
Destaca el punto de vista de la narración, y cómo repasa el ascenso desde su primera venta, hasta su inevitable punto de inflexión. Me gustó el abuso que se hace del armamento, y como lo exageran para centrar el mundo del traficante. Como puntos negativos, que no te llegas a creer al personaje de Ethan Hawke, tópico policía bueno que persigue al traficante, o como este último siempre tiene que intervenir en todas las transacciones, por muy poderoso que sea. Por no decir el punto débil de todas las películas de Nicolas Cage, donde siempre esperas un discurso moral donde el personaje principal reconoce el mal rumbo que lleva su vida.
De Andrew Niccol no sabía que esperar. Tras la exitosa Gattaca y el pinchazo de Simone, cabía esperar cualquier cosa. Al parecer tuvieron serios problemas de financiación, pues el mensaje que trasciende al acabar la película, es que los principales traficantes de armas son los propios Estados, siendo el principal EE.UU. Finalmente se hicieron con un grupo de inversores extranjeros que lo sacó adelante, y convence, si bien se queda un poco corto para todo lo que podía contar. Se echa de menos la mala leche de una película que hubiera estado realmente financiada y destinada a un público que no fuera el americano.