16 septiembre 2006

Jack Lemmon nunca cenó aquí


Diego Galán, crítico cinematográfico y cinéfilo de pro, fue el director del Festival de Cine de San Sebastián durante más de 10 años. En este libro repasa de forma amena, ágil y muy entretenida, todos esos años. Imprescindible para los que disfrutamos con una buena película, pero también con todo lo esto conlleva, las mil anécdotas que surgen cuando se habla de cine con gente del cine.

Repasa las penurias de los primeros años, hasta conseguir ser un festival de primera fila. Lo difícil que supone llegar a completar un buen plantel de películas, los homenajes, las retrospectivas, las exigencias de las autoridades, los problemas con el terrorismo y los atentados, el sueño de proyectar una película en el velódromo de Anoeta, los caprichos de las estrellas, los plantes de sus representantes...

Se recogen cientos de anécdotas de cada edición, llenas de grandes del cine como Jaqueline Bisset, Pilar Miró, Gregory Peck, Robert Wise, Glenn Ford, Willem Dafoe, Roman Polanski, Pedro Almodóvar, John Malkovich, Robert Mitchum, Bernardo Bertolucci, Quentin Tarantino, Oliver Stone, William Hurt, Lana Turner, Emma Thompson, Susan Sarandon, Anthony Quinn, Al Pacino, Jeremy Irons, Michael Douglas, Anthony Hopkins, Johnny Deep, Terry Gilliam, Fernando Fernán Gómez, Robert De Niro, Javier Bardem, Michael Caine... la lista es interminable.

Pero sin duda la parte más memorable del libro es el recuerdo que hace del premio Donostia de 1989 a ese mito del séptimo arte que fue Bette Davis, que días antes de fallecer realizaba su última actuación ante el público del festival. Repasa cada gesto de la estrella aquellos días, hasta hacerte envidiarle por haberla acompañado del brazo en cada acto, en aquellas cenas charlando de cine, en sus intentos porque no se notara su situación. Bromea luego con la leyenda que se formó en torno al festival y sus premios Donostia, que fallecían poco después de pasar por San Sebastián. Todo genio y figura hasta en esto.

No consiguió que Jack Lemmon aceptara nunca una invitación al festival, pero supo llenar su hueco con mucho cine de altura. Gracias por compartilo.


Jack Lemmon nunca cenó aquí
Editorial Plaza y Janés (2002)