
Atraidos por la publicidad y el reparto, pero casi más por la dirección, fuimos a ver Gorda, en el Teatro Alcázar. Es la segunda obra (que recuerdo) que veo de Tamzin Townsend, tras el buen recuerdo que me dejó El método Grönholm, y no defrauda. No llega a entusiasmar ni es tan redonda en su guión y en su puesta en escena, pero merece la pena y entretiene bastante, que es de lo que se trata.
Gorda está protagonizada por Teté Delgado, Luis Merlo, Iñaki Miramón y Lidia Otón. Y cada uno encarna el tópico rol previsible en estos casos: la gorda simpática que se ríe de si misma, el tío bueno inseguro que descubre a la mujer que hay en la gorda, el machista misógino que sólo se interesa por un buen cuerpo de mujer y la tía buena que no entiende cómo alguien puede estar con una chica gorda en lugar de con ella.
Uso (a propósito) el término de gorda, pese a que no sea muy partidario. No me gusta (salvo cuando la mala leche me lleva a criticar a alguien y fijarme sólo en eso), pues creo que existen muchas maneras de calificar a los que tienen (tenemos?) problemas de peso. En la obra tratan de quitarle importancia al término, y centrarse en lo que conlleva, en lo que nos hace rechazar a los gordos, a los diferentes, a los que destacan por su debilidad o enfermedad.
Juegan con los problemas verbales para evitar confusiones al hablar de la gordura, con los chistes fáciles, con el qué dirán por verte fuera del rol concebido, aquel que te relaciona con "gente de tu talla". ¿Qué supone ser gorda? ¿Qué tiene de malo salir con una gorda? ¿Alguien puede llegar a pensar en salir con una gorda?
Preguntas que parece absurdo plantearse, pero que pasan. A veces se sobrepasan un poco, pero para provocar. Porque hay momentos en que la risa es casi un insulto, y te das cuenta que al final eres como ellos, y que todos criticamos lo diferente. Me gustaron todos los actores, pero especialmente Iñaki Miramón, que se pasa tres pueblos en el papel machista que le ha tocado.
Muy realista y sincera, llena de tópicos a los que les da la vuelta y te los planta en la cara, para que los identiques en tu realidad, y te plantees las preguntas de antes. Para que rías un poco, no mucho. No es una comedia de ese estilo. Las sonrisas tornarán en silencios esperando un desenlace cuando menos... honesto.