Enésima mudanza

En concreto la cuarta en menos de dos años. Lo bueno de esta es que es en el trabajo, y me ha tocado menos. Lo malo es que parece que no lleva a ningún sitio. Mi trabajo, últimamente, parece que no conduce a nada. Odio las mudanzas, y en general todo lo que generan. Me gusta el orden, la tranquilidad, la organización, pero no consigo centrarme.

Adiós a mi oficina de mierda. Damos la bienvenida a la nueva cueva, con nuevos amiguitos, que pondrán sus caras de simpáticos y verán como discutimos y buscamos que nos echen. Que pena damos. Ayer estuve a punto de pedirle el divorcio a mi jefe, pero me faltaron narices y algo más para afrontar todo.

Ahora mismo me tienen cogido por todos lados. ¿Castigo? ¿Mala racha? Pues si. Sólo espero no desesperar, y salir adelante. Buscar nuevos retos. Ni este es mi trabajo ni esta mi casa. Ni esta es la vida que espero llevar de aquí a unos años, pero me tiene que servir para algo. Toda esta miseria tiene que servir de algo.

Me centro en la parte positiva de lo que tengo, que es mucho. Olvido las mudanzas y todas sus consecuencias. Voy a dar lo mejor que tengo de mi, nada de protestas, y pienso valer la pena. No estoy dispuesto a perderme entre la mierda. Todo saldrá bien... no sé cuando, pero saldrá bien.