21 octubre 2006

Prison break


Estamos enganchados a Prison break, la serie de moda de la FOX. Hay que reconocer que no tiene la calidad de guiones de A dos metros bajo tierra, ni la tensión de 24, ni la trama medida y compleja de Los Soprano. No, no pasa por ser nada sorprendente. Es más, usa todos y cada uno de los tópicos carcelarios habidos y por haber en la historia del cine.

Recoge la típica historia de alguien encarcelado por error que trata de fugarse, y que en el intento se ve presionado por otros presos y po unos guardas más peligrosos que estos. Y como en la mayoría de fugas carcelarias, se trata de hacerse paso a través de los muros. Recuerda inevitablemente escenas de La gran evasión, Fuga de Alcatraz o Cadena perpetua.

Pese a todo esto, gusta. Porque se centra en una fuga en nuestros días, con toda la tecnología actual, y sabiendo que todo el mundo tiene en la memoria las escenas antes citadas. Por ello tienen que darle una vuelta de tuerca al fenómeno y buscar nuevas ideas. La principal está tatuada en la piel del protagonista, Michael Scofield (Wentworth Miller), quien conoce el diseño de la prisión y se lo tatúa camuflado en todo su cuerpo, para desde dentro, conseguir escaparse junto con su hermano Lincoln Burrows (Frederic Purcell), condenado a la pena de muerte por un asesinato que no ha cometido, el del vicepresidente de los Estados Unidos.

Completan la trama una pareja de abogados en busca de la verdad, (destacando aquí la aparición de la actriz Robin Tunney), un agente del servicio secreto dispuesto a taparlo todo (Paul Adelstein), un grupo de presos que deben ayudar a los hermanos en su fuga, y beneficiarse de esta (entre los que sobrevale el actor Peter Stormare) y la chica, doctora en la prisión (Sarah Wayne Callies).

La única duda que nos surge es la vida que puede tener la serie en antena, porque a mitad de la primera temporada, la fuga está ya preparada, y en uno de los eslogan de la serie se lee “Escaparse es sólo el principio”. ¿De qué irá en la segunda temporada? Supongo que estaremos ahí para verlo.